Este fin de semana terminé de ver la serie de TV Life on Mars -La versión de USA-, y debo decir que me dejó un sabor agridulce en la boca.
Life on Mars en una serie de TV británica de ciencia ficción que también mezcla en su historia elementos de procedimientos policiales. El título de la serie es una referencia a la canción de David Bowie del mismo título.
Su trama es bastante simple:
Sam Tayler es un policía de Manchester que después de sufrir un accidente de tráfico en 2006 se despierta en 1973. A partir de esto Sam tratará de averiguar las posibles razones de porque se encuentra en 1973, con la esperanza de así poder regresar al futuro.
Ahora, hablemos de la remake america que, como ya mencioné, es la que yo ví. La trama es fundamentalmente la misma, sólo que Sam en esta versión trabaja para un reciento de policías en New York -La 125- y el año es 2008, no 2006. Sam está interpretado por Jason O'Mara, y las actuaciones que realmente sobresalen del resto son Sam, el detective Ray Carling (Michael Imperioli) y el Teniente Gene Hunt (por el genial Harvey Keitel). Estos tres personajes para mi son los mejores de la serie. Aunque también habría que destacar al mejor personaje femenino: La policía Annie Norris (Gretchen Mol) que sufre constantemente de los abusos de sus compañeros, sólo por ser una mujer en los 70.
Cada episodio, generalmente, es unitario mostrándonos un caso que los detectives de la 125 deben resolver y que en varias ocasiones tiene un significado especial para Sam, ya que hace eco con sucesos que el vivió en 2008. Los casos están muy bien presentados, son interesantes y generalmente lo ayudan a Sam a entenderse un poco más a sí mismo, y como era el en 2008.
Hasta acá todo genial. Es una de las series que más disfrute últimamente. Es inteligente, bien producida, bien pensada y corta -sólo dura 16 episodios-. Todo bien hasta el último capítulo, donde vemos la explicación del núcleo de la historia.
Del final, para no arruinarselo a la gente que no vió esta serie, sólo diré que no fue lo que esperaba. Siempre los americanos tienen que inventar razones o excusas exageradas o completamente ridículas sólo para entretener o shockear al espectador arruinando así series que prometían mucho. Otro ejemplo perfecto de cagarse en el espectador es toda la temporada final de Lost. Cada minuto de esa temporada fue una tremenda cagada. Diciéndole literalmente a la gente que era fiel al show: FUCK YOU, todo lo interesante que pasó a lo largo de la serie era un mentira. Sólo eso. O, mucho peor, el siempre pedorro final de: y todo fue un sueño. Que es el final más perezoso y estúpido que alguien puede pensar. Sólo porque no se le ocurre algo mejor al equipo creativo.
En fin, igualmente, Life On Mars merece la pena ser vista.
