martes, 10 de agosto de 2010

Cowa!

Publicada entre 1997 y 1998, este tomo unitario de Akira Toriyama (quien no necesita presentación) nos trae una historia de humor que al principio parece bastante simplona, pero con el correr de los capítulos termina siendo una joya en bruto.
Digo que parece simplona al principio porque incluso los dibujos de don Akira son de un estilo simplificado (líneas bastante gruesas que parecen pintadas con marcador) que le dan un tono infantil a la historia. Pero si uno observa de cerca, se dará cuenta de que Toriyama no perdió ese nivel extraordinario que tiene por los detalles.
No sé como lo hace, pero este maestro del manga siempre se las idea para hacer de todos sus personajes principales tan queridos, que a uno le da lástima cuando llegan al final de sus aventuras.

La historia gira en torno a Paifu, un travieso niño monstruo, que lleva una vida alegre en Cabo Murciélago jugando con sus amigos José Rodríguez y Aapon. Su tranquilidad se ve rota cuando comienza a extenderse por su pueblo la gripe de los monstruos, una gripe que no afecta a los humanos pero trae la muerte inevitable a los monstruos al cabo de un mes. Dicho virus se ha extendido ya a muchos habitantes del pueblo, y dado que al médico del lugar no le quedan vacunas, alguien tiene que salir en busca de los medicamentos; la tarea no es sencilla, ya que la bruja que hace las vacunas vive en el Monte Búho, a 1200 Km del pueblo de Paifu.

Dado que todos los adultos excepto el doctor están enfermos, los niños deciden ir en el viaje con ayuda del señor Maruyama, un humano que vive cerca del pueblo al que todos le tienen miedo, pues se rumorea que mató a un hombre. Paifu lo engaña diciéndole que el pueblo le pagará un millón de yens a cambio de que les acompañe. Durante el viaje los niños se encuentran a varios maleantes, a los que el señor Maruyama vence fácilmente, y pronto se dan cuenta de la verdadera identidad de él como un ex-luchador de sumo al tiempo que forman una entrañable amistad.

1 comentario:

José Alfonso Pérez Martínez dijo...

Jejeje, este tomito lo leí hace tiempo. Las historias cortas de Tori están muy bien... :P