viernes, 31 de agosto de 2007

Abadonware: The Day of the Tentacle

Ya sabemos que hubo un época en lo que todo fue mejor. Y esa época es el pasado. Si no me creen preguntenlen a sus abuelos. En esta época maravillosa, el aire era más puro, los autos más seguros y los juegos más elaborados (y ahora me refiero a la historia nada más... Porque las animaciones y gráficos de los de ahora son impresionantes). En esta era de cosas maravillosas se encontraba la, ya mencionada en otros posts, LucasArts. La empresa de George Lucas que fue la pionera en los juegos que más me atraen (los de aventura gráfica), decidió a principios de los 90, hacer una especie de secuela del ingenioso Maniac Mansion. Dicha secuel fue The Day of the Tentacle.
Como ya dije, esta aventura gráfica revolucionó (cuando no) el mercado. Con sus vívidos colores, jugabilidad y excelente guión a la hora de contar la historia y ver los más desopilantes chistes cuando de resolver los problemas con los que se presentan los personajes. Sin llegar a extremos bizarros (En comparación con el juego Sam & Max, de la misma empresa. Del cual ya escribiré un post en un futuro cercano), la trama nos cuenta básicamente la historia de 3 chicos atrapados en una mansión, en distintas partes, y cómo van a hacer para escapar. Interactuando con los bastante raros residentes de la casa.
El día del tentáculo (tal es su traducción) empieza un tiempo después de los eventos transcurridos en Maniac Mansion. De los seis personajes posibles en el primer juego, sólo Bernard Bernoulli, un típico nerd, vuelve. Esta vez, Bernard tiene un importante rol, ya que lleva a sus dos amigos, Hoagie y Laverne, otra vez a la mansión. Una de las dos creaciones del Dr. Fred Edison, el Tentáculo Púrpura, toma un residuo radioactivo de la Mansión, creciéndole dos cortos y tiesos apéndices de brazos y un apetito de conquistar el mundo. Bernard y sus amigos planean volver en el tiempo, usando las Cron-O-Letrinas (o en inglés, "Chron-O-John"s) del Dr. Fred, para detener al Tentáculo Púrpura para que nunca haya bebido esos residuos radioactivos.
Por desgracia, al usar un diamante de imitación la máquina del tiempo del Dr. Fred falla, llevando a Hoagie doscientos años al pasado y a Laverne doscientos años al futuro (un futuro dominado por tentáculos) y a Bernard en el presente. Bernard, con la ayuda del tentáculo verde, un fraude del rock, tiene que encontrar un diamante para que la máquina funcione, y Hoagie y Laverne deben volver a sus Cron-O-Letrinas y conectarlas a una fuente de energía, para volver y vencer al tentáculo púrpura.

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