Siempre he pensado que los juegos más sencillos son los más adictivos. Prueba de ello es el éxito que han tenido todos los juegos de Angry Birds, Cut the Rope y demás juegos. Esto no significa que no me gusten los juego más complejos como Starcraft II, Fallout New Vegas o Portal 2. Pero bueno, vayamos al juego que nos concerne hoy: Don't Starve (No te mueras de hambre).
Don't Starve es un juego relativamente sencillo. Tu objetivo principal es, justamente, no morirte de hambre. Para lograr esto, uno debe recoger varios elementos que se encuentran en el mundo donde tu personaje se despierta y combinarlos para construir otras cosas. Por ejemplo, recogiendo ramitas de madera y una piedra uno puede crear un hacha que a su vez servirá para cortar leña la cual servirá para construir viviendas más básicas que te ayudarán a sobrevivir.
Lo gracioso es que las primeras veces que jugué siempre estuve preocupado por cazar animales para poder comer pero, por lo menos las primeras diez veces me morí por diferentes razones. Porque hay otro factor muy importante en este juego: La oscuridad. Cuando se haga de noche, es mejor que uno tenga los materiales necesarios para crear una fogata porque sino morirás innevitablemente. Un hecho que yo no sabía al principio.
Otra cosa muy importante es: siempre revisar tus tres indicadores. Uno indica cuanta hambre tenés, otro indica tu cordura y el último cuanta vida te queda. Mantener tu cordura es primordial, como aprendí en carne propia, ya que a medida que uno pierde la cordura monstruos etereos aparecen y uno no tiene manera de atacarlos.
Así que eso es este juego. Aunque haya escrito de las diferentes manera que uno puede morir, es un juego muy divertido y con el cual uno puede experimentar de diferentes maneras para crear muchas cosas únicas.
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